La escuela rural

 

Mi escuela está en un pueblito escondido entre lomas, alejado y silencioso. El maestro dice que la nuestra es una escuela rural, de campo, y que él es un maestro rural.

Me gusta ir a la escuela porque en ella todo está muy limpio y cuidado. 

Los salones tienen unas ventanas grandes, tan grandes que aunque estemos sentados en nuestros Mesa bancos podemos ver los árboles, el río que se ensancha en tiempo de lluvias, y también el tren que pasa a lo lejos todos los días. 

El paso del tren es muy importante para la gente de mi pueblo, porque si el tren lleva pasajeros, hay comercio. 

Las mujeres corren con sus canastas para vender tortas, refrescos, dulces y café; los hombres se apresuran a subir y bajar bultos de mercancías.

Ayer pasó el tren cuando estábamos en la clase de Español.

El maestro nos estaba explicando unas palabras. 

Me acuerdo muy bien que escribió: traviesa, trabajadora, amarillo y rural. 

Con esas palabras hicimos un ejercicio muy bonito, y luego dibujamos el tren con una cola larguísima y lo iluminamos. 

Yo lo pinté de amarillo.

Amalia, mi compañera de banco, dibuja muy bonito. 

Cuando estaba pintando las ruedas de su tren llegó el director, se paró sin hacer ruido detrás de Amalia para ver su dibujo, y preguntó:

—¿Qué hace esta niña?

—la niña dibuja un tren —contestó el maestro.

Hasta entonces Amalia se dio cuenta de que el director estaba mirando lo que ella hacía. 

El director la felicitó por su dibujo tan bonito. Ella se puso muy nerviosa.

—Anda, Amalia —le dije— enséñale al director el que hiciste el otro día, ése en el que la gatita duerme en el sillón.

—¿Cuál?

—El de la gatita dormilona.

—Nomás le falta maullar dijo el director—; este dibujo merece estar en la exposición de fin de año.

Amalia no sólo dibuja bien. 

También hace con cuidado sus lecciones, y como es tan trabajadora hasta sabe tejer suéteres para sus muñecos, Sin embargo, ayer quién sabe qué le pasó que hizo mal el ejercicio que el maestro puso en el pizarrón.

Yo creo que fue porque estaba emocionada por las felicitaciones del director, y ya no supo ni lo que puso.




Armida de la Vara

La escuela rural - Español lecturas - Generación: 1972 - Grado: 3°








Publicar un comentario

0 Comentarios